3 | EL PERÍODO PRELINGÜÍSTICO
Acerca de este tema tuvimos que
elaborar unos recursos prelingüísticos para bebés. Dichos recursos serían
aportados a las familias para guiarlas y aconsejarlas en la adquisición del
lenguaje prelingüístico de sus niños y niñas.
Para ello, elaboramos dos actividades: por un lado, realizamos unos bits de elementos y aspectos de la vida cotidiana del niño representados sobre un fondo blanco. Y, por otro lado, diseñamos unas botellas sensoriales que podrían utilizar para contar historias, cuentos o retahílas.
Bajo mi punto de vista, y como
luego nos destacó Gema, fue más acertado el primer recurso, es decir, los bits.
Con ellos captábamos la atención de los niños/as ya que centran su visión en el
único objeto de la foto y, de esta manera, podemos decir el objeto que
representa con la certeza de que estamos siendo escuchados. Además, les estamos
acercando a su mundo, les mostramos objetos que ellos ven a diario para,
posteriormente, darles nombre e introduciéndoles en el lenguaje adulto.
Esta actividad me recordó a diversas teorías como, por un lado, el condicionamiento operante de Skinner. Con la repetición de palabras por parte del adulto fomentamos la repetición, por imitación, del niño o niña. Si el adulto, además, cuando el niño lo dice bien hace una distinción con la voz de cuando el niño falla, estaremos condicionando que el pequeño repita más veces de una manera adecuada porque tiene una respuesta más agradable por parte del adulto. Es decir, si le mostramos una imagen de un perro, el niño repite de manera adecuada y el adulto contesta con un “¡bien!”, estaremos fomentando que el niño o la niña quiera contestar de manera correcta porque le gusta más recibir un ¡bien!, que un ¡no, no, no!
Relacionado también con otra
teoría de Skinner, esta actividad me recordó al refuerzo positivo. Si al ¡bien!,
que citábamos anteriormente, le acompañan aplausos o un refuerzo visual como
una pegatina, estaremos trabajando el acierto y el error. Como anteriormente he
dicho, el niño o la niña repetiría adecuadamente por la respuesta que eso
tendrá en el adulto, comenzando de una manera lúdica y divertida sus andaduras
por el desarrollo lingüístico.
Por otro lado, me recordó la
teoría ecológica del desarrollo humano de Bronfenbrenner. La comunicación entre
los diferentes sistemas que rodean al niño/a es primordial para su correcto
desarrollo. Si este tipo de actividades se llevan a cabo con una comunicación
familia-escuela se ve reforzado, tanto el trabajo realizado en el aula, como el
que las familias llevan a cabo en su hogar.
Volviendo a los recursos que
presentamos, y haciendo hincapié en los cuentos con botellas sensoriales, creo
que como bien destacó Gema “para estimular el período prelingüístico habría que
insistir en que reprodujeran palabras, repitieran sonidos…”. Por tanto,
enfocaría la actividad más a la reproducción de sonidos, por ejemplo.
Aprovechando que en el cuento hay sonidos como la bocina de un barco, el sonido
de la foca, el delfín… haría paradas durante la lectura del cuento para
reproducir con ellos dichos sonidos. Además, podríamos barajar la idea de
cambiar la temática del cuento por una relacionada con la granja donde habría
más variedad de sonidos que les resultaría más cercanos (el gato, el perro, la
vaca…) ya que también contamos con que la botella se puede diseñar de muchas
maneras distintas.
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